Durante su intervención en la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco explicó la naturaleza de la fe como una de las tres virtudes teologales, junto con la esperanza y la caridad, que definen la moralidad cristiana. Desde el Aula Pablo VI del Vaticano, ante una nutrida congregación de fieles, el pontífice afirmó que la fe es "el acto por el cual el ser humano se entrega libremente a Dios", reiterando que no se trata solo de adoptar una cultura y sus valores, sino de mantener un vínculo profundo y personal con Dios.
Francisco resaltó que estas virtudes, denominadas teologales porque derivan directamente de Dios, son esenciales para ver en la oscuridad, amar sin ser correspondido y mantener la esperanza contra todo pronóstico. Detalló que sin estas virtudes, aunque se podrían alcanzar cualidades como la prudencia o la justicia, faltaría la dimensión espiritual que ilumina el camino cristiano incluso en los momentos más difíciles.
El Santo Padre enfatizó que el enemigo de la fe no es la razón o la inteligencia, como comúnmente se piensa, sino el miedo. Por ello, sostuvo que la fe debe ser un don solicitado y renovado diariamente en la vida de los creyentes, siendo este un elemento crucial para superar los temores y las adversidades de la vida.
Francisco también hizo un llamamiento a los padres cristianos para que imploren este don para sus hijos, asegurando así su fortaleza ante las pruebas y su conexión con Dios Padre incluso después de la pérdida de sus seres queridos terrenales. Concluyó su mensaje con un consejo a todos los presentes y aquellos conectados a través de medios digitales, instándoles a orar con las palabras "Señor, aumenta nuestra fe", una plegaria que refleja la aspiración continua de los fieles por fortalecer su espiritualidad.
Esta exposición del Papa sobre las virtudes teologales y el valor central de la fe en la doctrina cristiana subraya su visión de una comunidad creyente que se apoya en la gracia divina más allá de las solas capacidades humanas.
Escribir un comentario