El Colegio Cardenalicio de la Iglesia Católica cuenta actualmente con 253 cardenales vivos, de los cuales 140 son electores, es decir, tienen menos de 80 años y están habilitados para participar en un futuro cónclave. Este grupo está compuesto mayoritariamente por cardenales nombrados por el Papa Francisco, quien ha designado a 110 de los actuales electores, lo que representa más del 78% del total.
Una Iglesia más diversa y global
Desde el inicio de su pontificado en 2013, el Papa Francisco ha impulsado una transformación en la composición del Colegio Cardenalicio, promoviendo una mayor representación de regiones tradicionalmente subrepresentadas, como África, Asia y América Latina. Entre los nombres destacados creados por el pontífice se encuentran figuras como Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo), Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo) y Wilton Gregory (Estados Unidos), quien se convirtió en el primer cardenal afroamericano en la historia de la Iglesia.
El legado de sus predecesores
El Papa Benedicto XVI, durante su pontificado, nombró a 24 cardenales electores que aún conservan el derecho a participar en un cónclave. Entre ellos destacan personalidades como Christoph Schönborn (Austria) y Marc Ouellet (Canadá), reconocidos por su papel en la teología y la gobernanza de la Iglesia.
Por su parte, el Papa Juan Pablo II dejó un legado más reducido entre los electores actuales debido al paso del tiempo. Solo 6 cardenales electores de su pontificado permanecen activos, como Angelo Scola (Italia) y Vinko Puljić (Bosnia y Herzegovina), quienes representan una etapa histórica de la Iglesia marcada por su expansión global y la caída del comunismo.
La influencia de Francisco en el futuro de la Iglesia
El predominio de los cardenales nombrados por el Papa Francisco en el Colegio Cardenalicio supone una notable influencia en la elección de su sucesor y en el rumbo que tomará la Iglesia en los próximos años. Sus decisiones reflejan una apuesta por la diversidad cultural y geográfica, junto con un enfoque pastoral más cercano a las comunidades más necesitadas.
El próximo cónclave, cuando se convoque, estará marcado por este cambio de enfoque que ha redibujado las prioridades del Vaticano, con una clara inclinación hacia un liderazgo más global e inclusivo.
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