La posibilidad del diaconado femenino en la Iglesia es una cuestión aún sin resolver. Los que lo apoyan piden mirar al pasado, donde había mujeres que desempeñaron funciones clave en las primeras comunidades cristianas, sobre todo en Oriente. Además también hay referencias a esta figura en las Sagradas Escrituras. En la Carta a los Romanos, capítulo 16, San Pablo hace referencia a Febe, a quien llama diaconisa de la Iglesia de Céncreas. Este es sólo un ejemplo de los muchos encontrados en diferentes documentos históricos. En las constituciones apostólicas, que es un documento que se remonta al siglo IV en Siria, tienen distintas versiones, pero ahí se habla de la diaconisa, incluso hay un rito de ordenación de diaconisas.
Y luego en la legislación de Justiniano, incluso en el Concilio de Calcedonia hay un canon que tiene que ver con las diaconisas, o sea, que diaconisas las ha habido. Entonces, si ha habido diaconisas antes, ¿por qué no puede haber ahora? Esa es la gran pregunta. Esta fue la pregunta que le hicieron al Papa al grupo de casi 900 religiosas de la Unión Internacional de Superioras Generales en 2016. De hecho, le plantearon la posibilidad de constituir una comisión oficial para estudiar el diaconado femenino en la Iglesia Primitiva. Por ejemplo, la cuestión de las mujeres diáconos se planteó hace tres años al Papa, que creó una comisión, y es posible que en el futuro hable de los resultados del trabajo de esa comisión. La comisión instituida en 2016 no llegó a ninguna conclusión.
Francisco, durante el sínodo de la Amazonía, se comprometió a formar una nueva. Asumió el pedido de rellamar a la comisión o quizás abrirla con nuevos miembros para seguir estudiando cómo existía en la Iglesia Primitiva el diaconado permanente. “Ustedes saben -afirmó el Papa- que llegaron a un acuerdo entre todos que no era claro”. En 2020 creó la segunda comisión de su pontificado dedicada a este tema. Hasta el momento el Vaticano tampoco ha publicado ninguna conclusión.
La última vez que la cuestión salió a debate fue en el sínodo sobre la sinodalidad y además fue el punto más discutido de todos en el documento final. Expertos como Philip Goiret señalan que volver a instaurar un diaconado femenino en la Iglesia dependerá de las funciones que se le asignen. Las que tenía en la Iglesia primitiva ya no sirven. Por ejemplo, eran las encargadas de bautizar a las mujeres adultas, sacramento que en aquella época se les administraba por inmersión y desnudas, por lo que no era prudente que se encargase el propio obispo. Además señala que el concepto de diácono ha cambiado con el paso de los siglos. ¿Es lo mismo el diaconado masculino de hoy, el único que existe, con el diaconado femenino de los primeros siglos?.
Esta es la gran pregunta. Lo mejor que podemos hacer es comparar las funciones.
De la comparación de las funciones, el dato que surge es prevalentemente negativo. Negativo en el sentido de que no podemos homologar el diaconado femenino antiguo con el diaconado actual. Un experto como Expertos como Philip Goiret considera que hay que tener presente la tradición de la Iglesia, su historia, porque llegado a un cierto punto se prescindió de las diaconisas, pero al mismo tiempo indica que a nivel teológico no hay argumentos que impidan a una mujer que pueda ser diácono. El motivo es el respeto a una tradición que se considera vinculante.
“Insisto -afirma Goiret en una entrevista para Rome Reports- que es un tema que en la Iglesia no tenemos, es justo decirlo, una definición dogmática, negativa sobre el diaconado femenino. El tema del diaconado femenino en la Iglesia católica es una cuestión delicada. Salió en la última etapa del sínodo y estará presente en la Asamblea en octubre de 2024”.
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