Es al menos lo que sugiere Jack Valero, portavoz del Opus Dei en Reino Unido. Valero ha sugerido que, a la luz de las revisiones realizadas recientemente por el Papa Francisco sobre la naturaleza de las “prelaturas personales”, un estatus que el Opus Dei ha mantenido según la ley de la Iglesia desde 1982, la todavía prelatura puede verse obligada a buscar otro encaje jurídico que refleje mejor su identidad interna.
"Si al final resulta que la Iglesia decide que los laicos no pueden formar parte de una prelatura, entonces el Opus Dei no puede ser una prelatura y tendría que buscar otra cosa", afirmó Jack Valero, portavoz del Opus Dei en Gran Bretaña.
Valero habló en un vídeo del 9 de septiembre publicado en X, la plataforma social anteriormente conocida como Twitter, en respuesta a un artículo del Times of London del 6 de septiembre sobre una disputa sobre un santuario operado por el Opus Dei en Torreciudad, España, que Valero calificó como “totalmente inexacto”.
Según Valero, el objetivo de tal estructura nunca ha sido sustraer a los miembros laicos del Opus Dei de sus parroquias o diócesis, ni eximirlos de la obediencia a su obispo local, sino más bien enfatizar la igualdad y unidad de las vocaciones dentro del grupo.
El Opus Dei creía haber encontrado su estatus canónico en 1982, cuando el Papa Juan Pablo II le asignó el estatus de prelatura personal, pero sólo unos meses más tarde el Papa aprobó un nuevo Código de Derecho Canónico que parecía sugerir que las prelaturas son principalmente para sacerdotes, no para laicos. La sensación imperante en la Obra es la de haber vuelto al punto de partida, es decir, a los tiempos del fundador.
Según Valero, Ghirlanda “ha convencido al Papa de que esto es lo que deberían ser las prelaturas”, es decir, principalmente un cuerpo de sacerdotes en lugar de clero y laicos juntos como miembros de pleno derecho.
Valero dijo en el video que cuando Escrivá llegó por primera vez a Roma en la década de 1940 con su idea para el Opus Dei, le dijeron que había llegado “con 100 años de antelación”.
“Tal vez todavía sea demasiado pronto para que tengamos una organización que sea totalmente aprobada con hombres y mujeres, miembros célibes y casados, y laicos y sacerdotes, todos con la misma vocación y todos en la misma organización”, dijo Valero.
"Esto no existe todavía en la Iglesia católica, a menos que a la prelatura se le permita serlo", añadió
“Todavía somos una organización nueva en la Iglesia”, dijo Valero, “estamos encontrando nuestro lugar”.
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