La Archidiócesis de Liverpool reconoce oficialmente la curación milagrosa de John Traynor, un soldado inválido de la Primera Guerra Mundial que recuperó la salud tras una peregrinación a Lourdes en 1923.
El arzobispo de Liverpool, Malcolm McMahon, anunció este 8 de diciembre, festividad de la Purísima Concepción, el reconocimiento oficial de un milagro ocurrido en Lourdes hace más de un siglo. Se trata de la curación del soldado británico John Traynor, quien quedó gravemente herido durante la Primera Guerra Mundial y experimentó una recuperación inexplicable tras visitar el santuario mariano en Francia.
La declaración del prelado marca el reconocimiento del primer milagro relacionado con un ciudadano británico en Lourdes y eleva a 71 el número de curaciones oficialmente aceptadas por la Iglesia Católica en este lugar de peregrinación.
Un caso revisado un siglo después
El origen de este reconocimiento se remonta a la peregrinación de la diócesis de Liverpool a Lourdes en 2023. Durante este evento, el doctor Alessandro de Franciscis, presidente de la Oficina de Constataciones Médicas de Lourdes, pidió al médico británico Kieran Moriarty, miembro del Comité Médico Internacional del santuario, revisar los archivos históricos del caso Traynor.
En su declaración, el arzobispo McMahon destacó: “Dado el peso de las pruebas médicas, el testimonio de fe de John Traynor y su devoción a la Santísima Virgen, declaro con gran alegría que su curación debe reconocerse como un milagro del poder de Dios por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes”.
La archidiócesis ha anunciado una celebración especial en febrero de 2025, en el marco del año jubilar, para conmemorar este importante acontecimiento en la Catedral Metropolitana de Liverpool.
De la guerra a la gracia: la historia de John Traynor
John Traynor, nacido en Liverpool en 1883, fue movilizado en la Marina Real Británica al estallar la Primera Guerra Mundial. Su participación en la contienda lo llevó a combates en Bélgica, Egipto y Turquía, donde sufrió heridas graves en Gallipoli en 1915. Fue alcanzado por disparos de ametralladora que le dejaron secuelas físicas devastadoras: parálisis del brazo derecho, pérdida de movilidad en las piernas, una herida abierta en el cráneo y ataques epilépticos frecuentes.
Pese a múltiples intervenciones quirúrgicas, su pronóstico era desalentador. En 1923, viviendo en Liverpool en condiciones precarias junto a su esposa, una vecina le habló de una peregrinación a Lourdes. Con esfuerzo económico y vendiendo pertenencias, Traynor decidió unirse al viaje, a pesar de su delicado estado de salud.
Lourdes: el lugar del milagro
La llegada de Traynor a Lourdes estuvo marcada por el sufrimiento. El 22 de julio de 1923 ingresó en el hospital cercano a la gruta en condiciones críticas, con heridas abiertas y constantes ataques. Durante los primeros días de su estancia, su estado empeoró. Sin embargo, insistió en ser sumergido en las piscinas del manantial de Lourdes, llegando a hacerlo ocho veces.
El cambio llegó el 25 de julio, cuando experimentó un episodio inesperado al ser sumergido en las aguas. Según su relato, sus piernas paralizadas comenzaron a agitarse, y al ser retirado de la piscina, sintió que podía moverse. Esa misma noche, comenzó a notar mejoras significativas y, a la mañana siguiente, se levantó de la cama, caminó hasta la gruta mariana y agradeció su curación.
Testimonios y evidencias médicas
Los médicos que lo examinaron en Lourdes confirmaron que podía caminar, había recuperado la movilidad de su brazo derecho, y las heridas y llagas habían cicatrizado. Además, desde entonces no volvió a sufrir ataques epilépticos. La noticia se difundió rápidamente en Lourdes y, a su regreso a Liverpool, una multitud lo recibió en la estación de tren.
A pesar de su recuperación, el Ministerio de Pensiones de Guerra británico continuó considerándolo "100% discapacitado" debido a la gravedad de su condición previa, lo que subraya la magnitud del cambio que experimentó.
Una vida dedicada a la gratitud
Tras su curación, Traynor logró establecer un negocio propio y tuvo tres hijos más, incluida una hija a la que llamó Bernadette en honor a la Virgen de Lourdes. Cada año, hasta su muerte en 1943, regresó al santuario como camillero, ayudando a otros peregrinos enfermos.
El milagro de John Traynor, reconocido oficialmente un siglo después, no solo refuerza la devoción mariana, sino que también se convierte en un símbolo de esperanza y fe para la comunidad católica de Liverpool y del mundo.
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